LA PSICOLOGÍA : EL ALMA Y LA CONDUCTA HUMANA ,

lunes, 19 de agosto de 2013

La Pereza :

LA PEREZA
La pereza es un defecto que, al igual que todos los demás, produce síntomas muy dolorosos. Sabemos que un defecto es producido por un instinto “descoyuntado”, cuyo generador es el miedo a que no nos toque lo que necesitamos o queremos. La pereza es un miedo atroz a enfrentar la más leve responsabilidad, miedo a todo lo que implica vivir.
Desde la noche yo ya tengo “terror” de enfrentar el día siguiente con todo lo que eso trae consigo, problemas reales o la mayoría de las veces imaginarios, pero miedo al fin. Es por eso que a un perezoso le cuesta mucho trabajo levantarse.
Cuando todo alrededor es vida y se genera actividad, tal parece que yo llevo la muerte a cuestas, cargando un desgano constante y luego ese sufrimiento que me produce la apatía, aunado a los terribles sentimientos de culpa por no actuar, por dejar para después todo lo que pude hacer hoy. Es un defecto que a mí me trae mucha frustración debido a que siempre tengo grandes proyectos y muy pocas ganas de realizarlos; esto me ocasiona un desprecio infinito hacia mi persona porque cuando descubro lo inútil que ha sido mi existencia hay algo que me grita a cada momento que yo no sirvo para nada. Es más, incluso hay ocasiones en que procuro no apapachar los resentimientos o deseos de venganza debido a la gran descarga emocional, física y mental que esto me produce; así que por comodidad y para evitar toda fatiga, trasciendo lo más rápido posible los resentimientos para no esforzarme tanto.
Lo real es que yo no puedo estar sin actividad, ya que soy presa muy fácil para la depresión, no puedo ni disfrutar una siesta sin estar sintiendo ese aguijón que me produce la culpa de sentir que yo no debo descansar.
La única manera que yo he aprendido para limar este defecto, ha sido a través de la acción en el servicio; el aceptar por primera vez en mi existencia, lo que implica tener una responsabilidad en mi grupo y de ahí a todos los campos que abarcan mi vida: el trabajo, la casa, etc.
Procuro apoyar todos los servicios que requieren no sólo de actividad física, sino que me mantengan pensando cosas positivas, porque tengo también una mente muy ociosa. Por eso necesito estar pensando en otros y maquinando la manera de servirles mejor, por mera necesidad de sentir por primera vez que soy útil a los demás y a mi misma. Es la única forma en que yo puedo decir que he recobrado la autoestima perdida.
Es un lujo echarnos a dormir cuando hay tanto que hacer por dos cosas:
- Porque a veces de mi acción depende la llegada de un nuevo que pudiera salvar su vida.
- Porque si me quedo quieta, yo perezco también por perezosa.
(Anónimo)
LA PEREZA
Qué difícil ha sido poder detectar este defecto, y más lo ha sido aceptarlo. Es, para los demás, aparentemente un defecto tranquilo, pero no para los perezosos. Aunque podemos lograr muchas cosas, parece que nos cuesta el doble. Es una sensación de cargar algo pesado, que impide que realice mis actividades cuando debo; generalmente retraso todo por pensar cómo, en qué momento podré hacerlo, entonces empiezo a sentir angustia por todo lo que tengo pendiente y eso se transforma en un sentimiento de culpa, que arrastro por horas y a veces por días. No sé que pasa, sólo siento que arrastro, con los pies, el tiempo que pasó, el miedo a seguir vencido, la angustia de no hacer nada. Quisiera regresar o detener el tiempo.
Es un miedo paralizante: que no hablen de responsabilidades y, sin intentar hacer nada, prefiero dar la vuelta y decir “no puedo”. Después vienen la frustración y el sentimiento de culpa que caracterizan a este defecto. Qué pesadez, qué de justificaciones, qué pérdida de oportunidades y qué impotencia ante cosas que para los demás pueden ser sencillas y para los perezosos son como montañas.
El otro extremo es la compulsión por recuperar el tiempo perdido, no me permito sentarme ni un minuto a descansar, aunque mi cuerpo ya esté agotado, porque tengo que hacer algo, cualquier cosa, aunque sólo sea dar de vueltas en el mismo lugar, para justificar la pereza.
(Anónimo)
CUESTIONARIO SOBRE LA PEREZA
1. ¿Qué es la pereza?
Es un defecto de carácter que nos impide enfrentar nuestras responsabilidades o nuestros deberes, causándonos mucho sufrimiento.
2. ¿Cuáles son los síntomas de la pereza?
Básicamente, la angustia y el sentimiento de culpa por huir de lo que tenemos que hacer. Una actitud típica del perezoso es: ¿Te ha pasado que justo cuando tienes que hacer un trabajo (o estudiar para un examen) te acuerdas de toda la ropa sucia que has acumulado durante dos meses y te pones a lavar? Pero el síntoma más claro es “Al ratito, sólo cinco minutos y lo hago…” Y pasan las horas, los días y hasta los meses.
3. ¿Cómo se puede distinguir la pereza de la depresión?
Por el sentimiento de culpa. Cuando uno está deprimido, se puede caer el mundo y no nos importa; cuando se tiene pereza con cada minuto se acumula más y más angustia y culpa.
4. ¿Puede reprimirse la pereza?
¡Dios mío! Eso suena como al hoyo de la dona. El reverso de la moneda de la pereza es la compulsión (que por lo regular llega a las dos o tres de la mañana), cuando nos ponemos como locos a movernos y movernos y hacer cosas y más cosas, aunque sea sin sentido, debido a tanta angustia acumulada. Esto suele suceder después de algún tiempo de no hacer nuestros deberes.
5. ¿En ocasiones puede tapar el orgullo a la pereza? ¿Cómo?
Sólo en ocasiones. Si nuestro ego está en juego la necesidad de quedar bien nos hace enfrentar nuestras responsabilidades. Pero el sufrimiento no se tapa, mas bien se acrecienta. De hecho, la pereza es provocada por el orgullo como motor.
6. ¿Hay pereza en las personas hiperactivas o aceleradas?
No necesariamente. Los perezosos nos aceleramos sólo cuando nos sentimos culpables por algo que no hemos hecho. Hay personas hiperactivas que tienen angustias y aceleres motivados por otras cosas (deseo de quedar bien, competencia, por ejemplo) y no por culpa.
7. ¿Qué impide aceptar la pereza?
Tal vez haya muchas causas, pero pueden mencionarse dos: en primer lugar, socialmente es muy mal vista y se rechaza al perezoso porque, en segundo lugar, se tiene la idea equivocada de que uno es flojo por deseo propio, de que basta un poquito de fuerza de voluntad y ponerse a trabajar.
8. ¿Tiene manifestaciones físicas?
Algunas personas perezosas tienden a caminar arrastrando los pies, o a acostarse en las sillas más que sentarse. A veces pueden llegar a extremos de ser sucios o descuidados en su aspecto. Sin embargo, esto no es típico de todos los perezosos y no se debe confundir con el defecto.
9. ¿Existe la pereza grupal? ¿Cómo se manifiesta?
Pienso que en los grupos Buena Voluntad no existe.
10. El dejar las cosas para después ¿es debido a la pereza?
Sí, cuando provoca sentimientos de culpa.
11. ¿Cómo se manifiesta la pereza con la pareja?
Igual que con todas las demás personas: podemos manipular para conseguir que haga las cosas que nos corresponden o enojarnos para no hacer algo que nos pida como un favor. Además hay cosas menos graves pero que sí pueden afectarnos, por ejemplo: “Que me conozca como soy, qué flojera arreglarme”, “para el café, usa la misma cucharita de la fruta” o el típico “discúlpame si tu mamá lleva dos horas esperándonos, es que me quedé dormida”.
12. ¿Cómo se le puede echar acción a la pereza?
Como a todos los demás defectos, con el sexto y séptimo pasos y además tratando, sólo tratando, de cumplir con nuestras responsabilidades en el momento en que debemos hacerlo.
http://neuroticosanonimosmdq.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario